El verano es sinónimo de vacaciones, reuniones con familiares y amigos, relax, playa o viajes, pero también calor. Y es precisamente en estos meses, cuando los termómetros alcanzan picos máximos y con la llegada de las temidas «olas de calor», es cuando nos preguntamos si el aislamiento en nuestro hogar es suficiente o si tenemos la oportunidad de combatir el calor en nuestra casa.

Obviamente, existen soluciones notorias como la instalación de un aire acondicionado (antes de usarlo, verifique su estado y verifique que los filtros estén limpios y que la entrada y salida de aire estén libres), un ventilador o un sistema más eficiente como son los sistemas de aerotermia.

Pero asimismo existen otros procesos para mantener nuestro inmueble a la temperatura correcta: muchas veces no se trata de «enfriar» sino de averiguar cómo producir menos calor o de saber cómo controlarlo.

Aislamientos y elementos estructurales, claves para luchar contra el calor en verano

Un aislamiento correcto de la casa certifica el ahorro de energía, tanto en invierno como en verano, y es la alternativa para sustentar nuestro hogar a una buena temperatura sin disparar el consumo de electricidad. En realidad, la mayoría de las soluciones que asisten para resguardarnos del frío también nos ayudan a luchar contra el calor.

Los materiales de construcción empleados en la casa la hacen más o menos propensa a las variaciones de temperatura. Por ejemplo, los muros de piedra utilizados en zonas geográficas con grandes variantes de temperatura aseguran el aislamiento tanto en invierno como en verano.

Algo similar sucede con la orientación. Evidentemente no podemos cambiarlo, pero podemos usar la orientación de nuestra vivienda para crear ventilación cruzada, una forma eficiente de mantener las habitaciones a una temperatura óptima.

Del mismo modo, el buen aislamiento de la casa también depende de las ventanas. Aproximadamente el 10% de la energía para el aire acondicionado se pierde porque las ventanas están mal selladas, mal instaladas o corroídas. Un buen aislamiento térmico de estos puede favorecernos a economizar incluso un 25% en nuestro recibo de energía de calefacción / aire acondicionado. A su vez, la instalación de ventanas de doble acristalamiento es una buena opción para perfeccionar el aislamiento térmico de la casa, sobre todo si las ventanas son poco aislantes o si el vidrio es muy fino.

Otros consejos para combatir el calor en la temporada de verano

Una de nuestras recomendaciones para controlar la temperatura de la casa en verano es utilizar persianas, cortinas y toldos. El secreto es desenrollar los toldos, bajar las persianas y correr las cortinas para que los rayos solares no penetren claramente por las ventanas. Procure no abrir las ventanas durante las horas más calurosas del día y utilice las horas de temperatura más baja (por la noche o primera hora de la mañana) para la ventilación.

Otra manera de bajar la temperatura de tu casa durante el verano es reducir el uso de luces y electrodomésticos, ya que ambos producen mucho calor. Es esencial que no dejes las luces encendidas, especialmente durante estos meses, y que revises los electrodomésticos que más calor ocasionan. No abuse del horno o la secadora. Las bombillas de bajo consumo expulsan menos calor y ayudan a economizar dinero y energía.

Por otro lado, para luchar contra el calor de los meses más calurosos te sugerimos potenciar correctamente el uso del agua caliente. El agua caliente produce calor y humedad. Además, al pasar por las tuberías, se calientan y desprenden calor lo que ayuda a subir la temperatura del hogar. Si el A.C.S es antiguo, las tuberías tardarán un poco en enfriarse generando calor ambiental a través de las paredes.

Recuerde que al ahorrar agua caliente, está trabajando en conjunto para reducir el consumo de energía y el consumo de un bien preciado como el agua.

Para obtener más consejos sobre cómo ahorrar agua en casa, haga clic aquí.

Use el aire acondicionado con prudencia

 Ten en cuenta que no es aconsejable poner el termostato a una temperatura inferior a la deseada: no harás que se enfríe más rápido y esto generará un gasto de electricidad innecesario, lo que se traducirá en un coste más económico. Una diferencia con la temperatura exterior de más de 12 ° C no es favorable y con cada grado de disminución de temperatura, consumirás un 7% más de energía.

Por último, recuerda que también existen unas pequeñas tácticas que pueden resultar imprescindibles para conseguir un mayor ahorro energético sin sacrificar el máximo confort. Por ejemplo, utiliza modalidades como el modo Econo, el modo confort … son solo pequeños toques que pueden ser de ayuda y a su vez nos proporcionará ahorrarnos algunos euros en el recibo de la luz.