El día de hoy marca las primeras tres semanas de los #EcoViernes, una iniciativa muy bien acogida entre nuestros lectores. ¡No damos abasto con tantas propuestas ecológicas que nos mandáis! Eso sí, ni se os ocurra dejar de compartir vuestras ideas con nosotros. Aparte del sorteo de un control Wifi Air Patrol para poder programar cómodamente los intervalos de refrigeración y calefacción de tu equipo desde donde quieras, estamos aprendiendo mucho de todos vosotros: mujeres, hombres, niños y… ¿perros?

No solo son el mejor amigo del hombre, sino que también mantienen una estrecha relación con el medio ambiente. Desde que se separaran de sus primos lejanos los lobos hace casi 6.500 años para formar un maravilloso tándem con los humanos, los perros y su domesticación han supuesto un paso de gigante en el desarrollo de la civilización tal y como hoy la conocemos. Aunque como casi todo lo que el hombre toca, esta adaptación a la vida humana conlleva riesgos potenciales para la madre naturaleza.

Nos sentamos con Mr. Yosi, el perro en jefe de Climamarket, para que nos ponga al corriente sobre cómo podemos encargarnos de las necesidades de nuestros canes sin dañar la naturaleza a nuestro alrededor.

«Woof, yo lo que hago es muy fácil. Cuando me sacan de paseo y hago caca en la acera, ladro a mi dueño para que lo recoja. Eso sí, hasta que no tira la bolsa a la basura y me de mi chuche no paro. Hay que mirar por los demás y no dejar ni la bolsa ni el ‘regalo’ en el suelo». Ladra Mr. Yosi. «Si es que soy un buen chico, Enrique me lo dice mucho».

«Otra cosa a tener en cuenta son nuestros juguetes y camitas. Mucha gente los deja al lado del contenedor sin saber que están hechos de agentes potencialmente tóxicos para el medio ambiente. Hay que reciclarlo en la medida de lo posible. Igual que las bolsas para caca, si lo dejas tirado se descompone y tardan 400 años en desaparecer. 400 años dañando el medio ambiente», dice, reflexivo, mientras aparta la mirada de mí. «¿Te vas a comer eso?» Dice antes de abalanzarse sobre un trozo de pan en el suelo sin darme margen de respuesta.

Y es que todo el mundo sabe algo que los demás desconocen, por ello es importante escuchar a todo aquél que tenga algo que decir y prestarle atención, porque nunca sabemos lo que podemos aprender. ¡Aunque sea un perro!